Mapean áreas más adecuadas para restaurar ecosistemas después de un megaincendio

 

En 2022, los incendios forestales devastaron cerca de 310.000 hectáreas de terreno en España, una extensión que supera cinco veces el tamaño de la ciudad de Madrid. Esta cifra triplica la cantidad de terreno quemado en 2021 y, dada la crisis climática en curso, se prevé un incremento en el riesgo de incendios forestales en los años venideros.

Ante tal situación, los encargados de la gestión y toma de decisiones se enfrentan a un desafío urgente. Existe un consenso creciente en torno a la necesidad de conservar los bosques y de fomentar la creación de zonas ecológicas resilientes como parte de la solución.

En las últimas tres décadas, los avances científicos han permitido el desarrollo de modelos de nicho ecológico. Estos proporcionan mapas que identifican áreas que son potencialmente habitables para determinadas especies, al correlacionar estadísticamente los lugares de presencia conocida de una especie con diversas variables, incluyendo el clima y el tipo de suelo, entre otros.

Rubén G. Mateo, botánico y académico de la UAM, trabajó en la calibración de estos modelos a diversas escalas para proporcionar información útil en la gestión de áreas devastadas por megaincendios.

“Los modelos de nicho ecológico (MNE) pretenden recrear las relaciones entre especies y sus entornos, permitiendo identificar zonas inexploradas en las que estas podrían estar presentes. Si bien estos modelos se utilizan en diversos campos de investigación, como planes de conservación y estudios sobre especies exóticas, entre otros, hasta ahora no se habían puesto a prueba en la restauración de zonas impactadas por megaincendios”, explica el investigador.

Junto a su equipo, y en colaboración con investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y del Instituto de Ciencias Forestales (ICIFOR-INIA, CSIC), Mateo ha logrado obtener mapas precisos que indican la idoneidad presente y futura de ciertas áreas para las especies arbóreas afectadas por incendios ocurridos hace casi dos décadas, en 2005. Para esto, han tenido en cuenta tanto el estado actual de regeneración como las proyecciones de un incremento de 4,5 ºC en la temperatura media global a finales de este siglo.

La crisis climática presenta un escenario cada vez más variable y dinámico. Las variaciones en patrones de lluvia, y granizo; concentración de precipitaciones en menos eventos, pero más intensos; o sequías más prolongadas y frecuentes, aumentan la vulnerabilidad de nuestros bosques a los megaincendios. Esto requiere soluciones igualmente dinámicas.

“Proponemos que los planes de restauración post-incendio tomen en cuenta los efectos del cambio climático en la regeneración de bosques. El uso de los MNE puede ser una herramienta de apoyo eficaz para gestores forestales, proporcionando un mayor dinamismo a los planes de restauración”, concluye Rubén Mateo.

Los hallazgos de esta investigación se incluirán en la tesis doctoral de Cristina Carrillo (ICIFOR, UPM), quien también investiga los efectos de la gestión de madera quemada en la vulnerabilidad de los bosques a futuros megaincendios.

Referencia bibliográfica:Carrillo-García, C., Girola-Iglesias, L., Guijarro, M., Hernando, C., Madrigal, J., G. Mateo, R. 2022. Ecological niche models applied to post-megafire vegetation restoration in the context of climate change Science of The Total Environment

doi: 10.1016/j.scitotenv.2022.158858

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